Una gris realidad

Hace unos meses, publiqué una entrada en mi Blog llamada "Desinhibición", era básicamente un desahogo, una catarsis escrita. En aquel entonces, me sentía desganada de las cosas, me sentía harta, sin ánimos de mucho, hubo un momento donde aquellos sentimientos se esfumaron, simplemente se fueron, hubo un momento donde volví a retornar a la normalidad de mi vida, de mi cotidianidad, de mis amigos, de mis alegrías, pero no sé si estoy en un ciclo que está destinado a repetirse.

Hace meses, cuando me sentía el ser más insensible de este mundo -y digo insensible porque me sentía vacía-, me aislé de mi entorno, me aislé de las cosas que en algún momento me hicieron feliz, me aislé de mis amigos, me aislé de mis hobbies, simplemente era mi cama y yo, una suerte de depresión no materializada en mi cerebro, porque yo no me sentía deprimida, simplemente me sentía... vacía, no estaba triste, estaba incompleta.

Tenía tiempo sin publicar un escrito personal en mi Blog, pero siento que la situación lo amerita. He hablado de esto con pocas personas, pero siento que nuevamente estoy cayendo en el hoyo del aislamiento, con la diferencia que esta vez, aparte de sentirme más vacía que una nevera de venezolano, me siento la persona más infeliz del planeta, ¿cómo hacer para que el entorno no te afecte? He llegado a tener pensamientos que afectan la integridad de mi vida, he llegado a pensar que el propósito de vivir se remonta a una felicidad efímera, ¿el resto vale la pena?

Mi infancia fue buena, igual que mi adolescencia, mis relaciones amorosas fueron normales, la última fue la que marcó una etapa en mi vida, la que trazó un "antes" y un "después", la que me hizo volverme la persona más cerrada del mundo, con una cautela casi anormal en cuanto al entorno afectivo, le tengo pánico al amor, a las relaciones, le tengo pánico al vínculo, esto no quiere decir que me he encerrado en mí misma -bueno, sí lo he hecho-, pero estoy abierta a volver a intentar.

Actualmente, llegué a un punto de mi vida donde nada me importa. Llegué a un punto donde no me interesa estar bien, o estar mal. Últimamente he sido condicionada para resolver situaciones, he estado viviendo en un entorno tan hostil que ha sido una especie de entrenamiento cerebral para acostumbrarme a ser la que resuelva las cosas, esto lo he ido arrastrando a otros aspectos de mi vida, me carcome la ansiedad si no resuelvo una situación, siento que debo hacerme cargo, ¡y no quiero! Apenas tengo 22 años, apenas soy una pichona que comienza a vivir, estoy demasiado joven para sufrir de estrés y ansiedad porque los nervios me corroen la cabeza si no hago las cosas al momento.

Siento que en estos últimos meses me han anulado como persona, siento que mi felicidad, mis intereses, mis cosas, todo eso ha pasado a un plano completamente secundario, yo soy un peón en todo esto, la pieza que el jugador mueve a conveniencia para resguardar al Rey, el único que importa en todo el juego.

Detesto el drama y todas sus variantes, detesto cualquier tipo de manifestación que haga el intento por llamar la atención, es algo que rechazo completamente, y si esta entrada parece algo de eso, me disculpo con muchísima sinceridad y vergüenza, porque no es mi intención en lo absoluto parecer una 'attention whore'.




Comentarios

Entradas populares de este blog

Las democracias son el cáncer del mundo

Sola

Herida otra vez