Entradas

Mostrando entradas de 2023

Un nuevo año

Un nuevo año se aproxima. Considero que mis 28 años fueron el "final boss" a la trayectoria que he tenido durante toda mi vida. Final boss en el sentido en el que me he tenido que enfrentar a una cantidad de retos inimaginables, los cuales han sido complicados. Aunque dicen que el tiempo cura las heridas, mis heridas aún no terminan de cicatrizar. Ciertamente, quizá ya se están formando esos típicos hilos compuestos de ADN que comienzan a coser mi piel, pero la costra todavía no está lista. No aún. No tengo necesidad de que nadie me perdone por todo lo que yo hice este año y estuvo mal, ya que primero debo perdonarme a mí misma, y es un proceso que estoy atravesando, aunque me esté costando un poco. Al final, logré internalizar mi responsabilidad en muchos sucesos que atravesé este 2023, y eso es más que suficiente para determinar qué clase de persona no quiero ser en un nuevo año par. Detesto tener que hacer protagonista a quien me ha sacado más lágrimas que sonrisas, pero,

Sola

Tiendo a ser una persona extremadamente independiente que no necesita a nadie para poder recrearse, salir, o ejecutar cualquier plan. De hecho, la mayoría del tiempo lo prefiero así, porque de esa manera voy a mi propio ritmo, hago las cosas que me gustan, y me aventuro a los destinos que deseo. Pero a veces llega esa tan acostumbrada y poco invitada sombra: la soledad. No miento, estos últimos meses me he hallado profundamente sola por haber perdido a quienes eran mis amigas. Prefiero no ahondar demasiado en ese tema porque mi respuesta biológica automática ante esa situación es una inundación en mis ojos. He estado durmiendo mal últimamente (ni con Alprazolam logro caer en los brazos de Morfeo como debería), y en mi pecho se instaura esa desagradable sensación de vacío con angustia: ansiedad. Muchas veces respondía preguntas de ese tipo de aplicaciones de "preguntas anónimas", y mi respuesta a la pregunta de: " cuál es tu mayor temor ?" siempre fue: " la sole

Herida otra vez

Volvió a suceder, y creo que esta vez fue peor que la experiencia anterior. Por una parte estoy agradecida porque aprendí muchas cosas en este vínculo; pero por otra parte siento fragmentos de mi esencia reventarse en puras astillas. Tengo la necesidad de estar en silencio. No hablar. No relacionarme.  Estos meses la he estado pasando mal porque he sentido la ansiedad de hallarme en soledad, pero luego cuando pienso en la posibilidad de compartir con gente, se activa un mecanismo en mí que antes no había despertado nunca ante ese escenario: El miedo. El miedo a que me vuelvan a romper; el miedo a que dé mi versión más auténtica y pura a personas que sin duda no saben valorar lo que tienen. Yo particularmente me considero una persona diamante, pero solamente me topo con puras personas carbones... Algún karma estaré pagando con todo esto. Y sí, me volvieron a romper. No sé si al final me lo busqué yo, porque realmente lo que hice fue ese intento desubicado de conquista ante una persona q