Herida otra vez

Volvió a suceder, y creo que esta vez fue peor que la experiencia anterior.

Por una parte estoy agradecida porque aprendí muchas cosas en este vínculo; pero por otra parte siento fragmentos de mi esencia reventarse en puras astillas. Tengo la necesidad de estar en silencio. No hablar. No relacionarme. 

Estos meses la he estado pasando mal porque he sentido la ansiedad de hallarme en soledad, pero luego cuando pienso en la posibilidad de compartir con gente, se activa un mecanismo en mí que antes no había despertado nunca ante ese escenario:

El miedo.

El miedo a que me vuelvan a romper; el miedo a que dé mi versión más auténtica y pura a personas que sin duda no saben valorar lo que tienen. Yo particularmente me considero una persona diamante, pero solamente me topo con puras personas carbones... Algún karma estaré pagando con todo esto.

Y sí, me volvieron a romper. No sé si al final me lo busqué yo, porque realmente lo que hice fue ese intento desubicado de conquista ante una persona que claramente sufre de apego desorganizado, y tiene algunos rasgos egocéntricos. Ella me abrió la puerta a eso al inicio.

El hecho es que lo que menos me duele es que me haya bloqueado por algún motivo personal. Lo que más me rompe de todo esto es que haya excluido también de los servicios profesionales que me daba (en cuanto a salud se refiere, ya que era una de mis tantos médicos), y eso, joder...

Eso me ha tenido en una sensación de "poca cosa" impresionante, porque todos saben cómo he lidiado con mi enfermedad y el tema de afectación que eso ha generado en mí, como para también sentir el abandono de la seguridad que sentía de tener un proveedor de salud que manejara el tema de mi esclerosis múltiple. 

Ninguna persona, ni siquiera mi última pareja (la persona más narcicista y psicopática que he conocido), me había hecho sentir tan despreciada, humillada, poca cosa. 

Desde entonces me he cohibido de muchas cosas que antes hacía. Ya no publico en mis redes; ya no hablo como antes, pues simplemente tengo la necesidad del silencio.

Lo que más me preocupa de todo esto es que me convierta en lo que ella se convirtió: en el ser humano con más hermetismo absoluto. Siento que estoy cerrándome. Nunca me había pasado igual. Nunca. Las otras veces donde sentía que necesitaba estar en silencio era con momentos pasajeros, pero esta vez... Esta vez la sensación lleva apoderada de mí desde hace ya varias semanas.

Lamento que el camino al crecimiento sea a través de un pasillo de puras espinas, en donde claramente estoy descalza sin zapatos.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Las democracias son el cáncer del mundo

Sola