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Mostrando entradas de junio, 2017

De cosas que detesto y otras leyes de Murphy

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Aprovechando un tiempo libre que tengo esta tarde, tomando en cuenta que tampoco tengo Internet, y que posiblemente, en este momento, esté planeando un atentado terrorista contra Intercable, he decidido hacer una nueva entrada un poco fuera del contexto de lo que es mi Blog. Odio: 10) Esperar. Creo que todos odiamos esperar, pero a mí me desespera, me saca el Chucky que llevo dentro, me hace padecer un ataque neurótico, sobre todo si se trata de esperar a alguien en un lugar determinado, yo soy la persona más puntual de este planeta, pero entonces, en el caso de que llegues temprano, la otra persona se da la parsimonia de su vida, está alcanzando el nirvana, está conectando los chakras, está observando los cosmos. ¡Pero no solo se trata de cuando esperas a alguien! Ni hablar del instinto asesino que me entra cuando estoy en el cajero y la persona de adelante se tarda demasiado, digo, ¿estás cambiando la clave de la bóveda del Banco Central? ¿Estás jugando al Solitario? ¿Es

Psicópatas con los que me he topado por Internet

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El primer portátil que tuve me lo compraron cuando tenía 13 años, parecía que en mí había un talento nato por la tecnología, desde el primer momento fui adicta a ella. En aquel entonces, año 2008, la red social que estaba de moda era "Hi5", en Hi5 había grupos de las cosas que eran mis aficiones: videojuegos, libros, películas de terror, y todo ese tópico de cosas que a alguien de 13 años le parece interesante. En un grupo conocí a quienes ahora son mis grandes amigos, Ignacio, quien ha estado 9 años en mi vida aguantándome absolutamente todo, gente de todo el mundo, gente de este país, gente de otras ciudades, gente variada con distintas culturas, costumbres. Entre esa gente, estaba "mi primer amor", pero no mi primer amor de verdad, sino mi primer amor adolescente, era de Ecuador, yo de Venezuela, naturalmente. Sin embargo, la gente pudiente siempre puede hacer todo tipo de cosas, y me sorprendió en la semana santa del 2010 con la sorpresa de que estaba en Ve

Vampiros energéticos.

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En diversas situaciones de nuestra vida, conectamos con personas con las que tenemos empatía energética, aunque a veces no es necesario conectar. Puedes estar en una reunión con amigos y sentirte en un ambiente óptimo, me pasa cuando voy en carro escuchando música con mis amigos, se siente buena vibra, es agradable, la sensación es diferente. También puede pasar absolutamente todo lo contrario, un encuentro con alguien puede dejarte fatal, pero solo si lo permites. Considero que la energía negativa de una persona te afecta cuando estás conectada con ella, o cuando eres un receptor nato caracterizado por una debilidad en la personalidad. Creas o no en esto, anatómicamente nuestro cuerpo posee un campo electromagnético, y es quien se encarga de cómo nos sentimos físicamente. Las vibraciones electromagnéticas dependen de con quien estemos, cuál sea el tipo de relación y la empatía, por lo que podemos enviar energía a otros, todo esto se hace de manera inconsciente, pero si te trabaja