Entradas

Mostrando entradas de diciembre, 2013

Una noche decembrina.

En una época para compartir, reír, llorar, desear y abrazar, me siento completamente sin espíritu -así a lo grinch-. Quizás cuando era más pequeña, la navidad me emocionaba a tal modo que era la noche más deseada por mí en todo el año, siempre hacía una carta bien inocente al niño Jesús pidiéndole un montón de cosas y agradeciéndole por ellas. A las 11:50 de la noche del 24, mi mamá y mi abuela nos decían a mi hermana y a mí que nos acostáramos porque el niño Jesús no podía pasar por la casa si estábamos rondando la zona. Recuerdo que a las 12:10, siempre nos levantábamos corriendo para ver que nos había traído. El mejor regalo que recuerdo, fue un monopatín verde que me dio mi mamá, y el Playstation que me dio un señor que aquí no vale la pena ni atribuirle un adjetivo. El 25 pasaba todo el día jugando y comiendo panettone -nunca me gustaron las hallacas, ni la ensalada de gallina, jamás me acostumbraron a comer eso-. Los fuegos artificiales y los comúnmente llamados "triki tra