De cosas que detesto y otras leyes de Murphy

Aprovechando un tiempo libre que tengo esta tarde, tomando en cuenta que tampoco tengo Internet, y que posiblemente, en este momento, esté planeando un atentado terrorista contra Intercable, he decidido hacer una nueva entrada un poco fuera del contexto de lo que es mi Blog.

Odio:

10) Esperar.

Creo que todos odiamos esperar, pero a mí me desespera, me saca el Chucky que llevo dentro, me hace padecer un ataque neurótico, sobre todo si se trata de esperar a alguien en un lugar determinado, yo soy la persona más puntual de este planeta, pero entonces, en el caso de que llegues temprano, la otra persona se da la parsimonia de su vida, está alcanzando el nirvana, está conectando los chakras, está observando los cosmos. ¡Pero no solo se trata de cuando esperas a alguien! Ni hablar del instinto asesino que me entra cuando estoy en el cajero y la persona de adelante se tarda demasiado, digo, ¿estás cambiando la clave de la bóveda del Banco Central? ¿Estás jugando al Solitario? ¿Estás aprendiendo braille con el teclado numérico? ¡¿Cómo tardas tanto en sacar plata?! Y lo peor, LO PEOR, es cuando se equivocan discando los dos últimos dígitos de la cédula y le dan a 'cancelar', ya sabes que desde allí le toca comenzar de cero nuevamente, y tú pelas los ojos mientras te imaginas si matarlo con un cuchillo o con una pistola sería más eficiente.


9) Que me miren con esta cara cada vez que me monto en el metro 



Que de por sí no me monto, pero cuando lo hago, está el típico guacho pedófilo con pinta de narcomexicano descendiente de tribus indígenas que habitan aún en palafitos ¡¿cómo uno puede evitar que lo miren así?! Entonces te haces la loca, haces como si él no te estuviera mirando, pero sabes que te está mirando.


8) Hacer cola.

Todos odiamos hacer cola, eso se ha vuelto cotidiano en nuestra vida como venezolanos -últimamente no tanto, porque qué cola vas a hacer si liberaron los precios de todo-, pero así haya llegado el pan y todo el mundo esté matándose como espartanos dentro de la panadería, prefiero quedarme sin nada a padecer ese sufrimiento que se me nota en la cara apenas veo una colita de esas. Tú ves a aquellas viejas de Petare invadir tu zona, todas tienen el mismo prototipo fenotípico: camisa rosada pegada que pareciera que fueran a surfear, unos jeans más abajo del orto, y el cabello grasoso amarrado en una cola mal hecha que pareciera que acabaran de parir en el Luciani con el respeto de las Yuleisi y las Yamilet que paren ahí.


7) ¿De casualidad no les ha pasado que están de terceros en la fila de un supermercado, la caja de repente se torna un poco lenta y se cambian a la otra caja en donde están de segundos? Mágicamente, todo conspira en contra de ti y la caja en donde habías estado avanzó con una rapidez nivel máster pro, y pa' más ñapa que agregarle a tu "coño de la madre", la señora que tienes adelante va a pagar un mercado con distintas tarjetas del esposo, y para colmo dice "clave inválida", ¡pero no! Peor era cuando te pagaban con cestatickets y la cajera debía firmarlos, acarrancarles la pestañita, contar nuevamente los tickets unas dos veces más y acabar con tu paciencia, haciéndote recordar que la caja donde estabas, avanzó mucho más rápido cuando te moviste de ella, y la persona que estaba incluso detrás de ti, ya salió.








6) Que me lleven la contraria.

Creo que es una de las cosas que más detesto, repudio horriblemente que me lleven la contraria cuando tengo argumentos lógicos y con fuentes acerca de lo que estoy diciendo, pero subnormal, si te digo que algo es así, es porque es así, es como cuando me corrigen una falta ortográfica y se empeñan en que la equivocada soy yo, lo peor es que le muestras el DRAE y siguen diciendo que eso no es de esa manera, si me vas a llevar la contraria, dame objetividad, no subjetividad.


5) ¡No conseguir cereal! 

Cuando voy a distintos sitios y no consigo cereal, y cuando consigo, es de un sabor que no me gusta, o es de esos cereales aburridos de hojuelas de maíz en plan Corn Flakes -que qué asco-, esos son los cereales que comen las tías de uno. Yo mataría porque el pasillo de cereales tuviera más de 15 variedades de marcas, porque soy adicta al cereal, antes me atiborraba de los llamados "abecitos", del Corn Pops, del Froot Loops, y aunque, afortunadamente, mi cereal favorito que sigue siendo el Flips, todavía está en el mercado, pero ya no con la misma variedad de sabores que antes, todo se resumió a: chocolate y dulce de leche.


4) Mi mamá pegando gritos.

¿Cómo es que todavía no han inventado un control remoto para ponerlas en "mute"? Son la vaina más insoportable que existe cuando se ponen a gritar, y gritan, y gritan, y gritan, y tú estás comenzando a coger presión, comienza a latirte la vena de la frente, y ellas siguen sacándote que dejaste la jarra de leche fuera de la nevera cuando tenías 15 años.



3) Que me ignoren por teléfono.

Para empezar, si tienes un teléfono es para algo, y si no vas a contestar, entonces al menos di "ahorita no quiero hablar", ¡o di cualquier cosa! Pero el bendito visto azul es algo que me saca de las casillas, tengo que respirar profundo para que no me dé un ataque de histeria, pero peor es cuando no hay ningún visto azul, peor es cuando están en línea y no abren tu chat, y tú estás esperando impaciente a que te contesten, estás impaciente a que lo abran, en este momento hasta deseas el visto azul, pero necesitas que te lean, y no lo hacen. Así que dices "bueno, no le escribo más", entonces te responden, y se te olvida todo, luego se repite el ciclo.

2) La gente que no sabe qué carrizo está vendiendo.

Entras de buen humor a un local de electrónica, y le preguntas a la mujer:

- Buenas, ¿tienen cable micro usb?

- Eh... ya va -a todas estas, ya ubiqué visualmente el cable-.

- Es ese que está ahí -le señalo-.

- ¿Este? -agarra un cable macro usb-.

- No, aquel.

- Jorge, ¿cable micro usb tenemos? -pregunta con su típica voz de mosca muerta y yo comienzo a desesperarme-.

- Que sí, mira, está allí -le vuelvo a señalar-.

- ¿Cuál, chica? -por supuesto que el "chica" no puede faltar, nunca falta alguien que sea tan impersonal y te diga "chica", deberían hacer un curso de cómo tratar al cliente-.

- Está ahí, es ese -comienzo a tamborilear los dedos en el mostrador-.

- Ah, pero me hubieses dicho que es el cable para cargar el teléfono.

- Pero si se llama cable micro usb porque la entrada del usb es micro, es su nombre técnico.

Son las típicas pavas que no tienen idea de lo que venden, no saben cuánto cuesta, no saben cuándo viene el técnico, ni saben si tienen el repuesto de lo que pueden reparar.

1) Que me saquen en cara las cosas que hacen por mí.

Digo, ¿para qué las haces si te vas a valer de eso más adelante? Es como una especie de garantía, voy a darte tal cosa, hacerte tal favor, y más adelante voy a sacarte en cara lo que hice cuando no estés a mi entera disposición, de esa forma, invoco como garantía ese favor que te hice en el 2009, o te saco en cara que te compré tal cosa, porque yo soy muy chévere, ¿saben? Yo doy, y doy, y no recibo, por eso debo sacarte en cara cada maldita cosa que te dé, como cuando te regalé un céntimo por allá en el 2008 y tú estabas muy necesitada.








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