Un nuevo año

Un nuevo año se aproxima.

Considero que mis 28 años fueron el "final boss" a la trayectoria que he tenido durante toda mi vida. Final boss en el sentido en el que me he tenido que enfrentar a una cantidad de retos inimaginables, los cuales han sido complicados.

Aunque dicen que el tiempo cura las heridas, mis heridas aún no terminan de cicatrizar. Ciertamente, quizá ya se están formando esos típicos hilos compuestos de ADN que comienzan a coser mi piel, pero la costra todavía no está lista. No aún.

No tengo necesidad de que nadie me perdone por todo lo que yo hice este año y estuvo mal, ya que primero debo perdonarme a mí misma, y es un proceso que estoy atravesando, aunque me esté costando un poco. Al final, logré internalizar mi responsabilidad en muchos sucesos que atravesé este 2023, y eso es más que suficiente para determinar qué clase de persona no quiero ser en un nuevo año par.

Detesto tener que hacer protagonista a quien me ha sacado más lágrimas que sonrisas, pero, ya que tengo bastantes entradas acerca de ella en este Blog (aunque es anónima), puedo llegar a un punto donde me duele, pero ya no me estoy muriendo ni matando como quizá hace unos meses sentí dicha sensación en la que incluso dejé de caminar, de salir, de hablar con la gente.

Pueden aflorar mis lágrimas, pero son lágrimas impasibles. No vienen acompañadas de intensidad sentimental por "no poder ser". Vienen acompañadas de resignación y aprendizaje. 

"No fue". Simplemente es así. No fue. No pudo ser. 

Espero que este próximo 2024 me dé un poco de respiro, y Dios me suelte el brazo 😅(pero no en el buen sentido). Solo necesito un descanso, y poderme rodear de la gente correcta.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Las democracias son el cáncer del mundo

Sola

Herida otra vez