La Venezuela de los dos partidos.

La tierra donde nací, llena de riquezas minerales y petroleras, cuya fauna habita en conjunto con la flora y da paso a un paisaje único cuyo disfrute ha ido desmoronándose acorde ha transcurrido esta última década y media.

Cuando era niña, no solía prestarle demasiada atención a lo que era mi identidad nacional, cuando estaba en el colegio me fastidiaba cantar el himno, esta conducta fue extendiéndose incluso hasta cuando tuve dieciséis años y detestaba ver formación premilitar, detestaba el "criollismo", las hallacas -aunque eso todavía también-, los tambores, la cultura indígena, me sentía "transculturizada" por las costumbres de otras regiones del norte de Europa, o del este de norteamérica. 

Supongo que con el paso de los años, uno va madurando.

No puedo describir la sensación de orgullo que sentí, cuando en la última marcha convocada por el movimiento estudiantil y artístico, canté el himno nacional. Me sentí orgullosa de haber nacido en Venezuela, de pertenecer a este país -que aunque ahora atraviesa una de sus crisis más pésimas-, es el mejor país del mundo, solo está mal gestionado por las ansias de poder de los dirigentes políticos cuyo interés es el capital financiero personal. 

Venezuela está llena de riquezas, si estuviésemos en buenas manos, seríamos una potencia mundial, una de las más envidiadas como lo fuimos en los años cincuenta, ¡cómo debe estar Pérez Jiménez revolcándose en su tumba por lo que hicieron con lo que construyó! Simón Bolívar debería estar indignado, incluso el mismísimo Hugo Chávez por haber dejado como sucesor a una persona que no tuvo nunca una educación y su discurso prolifera más odio de lo ya sembrado este último tiempo.

Es lamentable escuchar el eco de conversaciones ajenas a mí, cuyas frases son "¿dónde conseguiste papel higiénico?" "¿Dónde conseguiste aceite?" "¿Sabes si más o menos quedaba, cuando lograste salir?"

Ese tipo de preguntas me da una vergüenza que no puedo realmente describir con exactitud, es el tipo de preguntas de una nación pobre, de un sitio donde habita el conformismo porque hay gente que prefiere aguantarse sus cuatro horas de cola, que realmente salir a luchar por lo que está aconteciendo, como si la inseguridad, la escasez y el odio, no afectara a ambos partidos políticos.

La Venezuela de los dos partidos, ¿realmente es derecha versus izquierda? ¿Realmente podría afirmar el señor Nicolás Maduro, que la gente que se opone a él, es la gente burguesa proveniente de una oligarquía monarca? ¿Realmente puede afirmar que nuestro descontento es porque estamos haciendo una guerra económica que no existe? ¿Puede afirmar que yo, Andrea Carrizales, opositora a este régimen, estoy danzando entre la abundancia? Nosotros como oposición estamos cansados de seguir viviendo en un país tan pobre, donde una quincena son 1500 bolívares y un almuerzo cuesta 250, más del 10% de lo que se cobra cada dos semanas. 

¿Acaso estamos sometidos a hacer horas de colas para poder conseguir lo que necesitamos? Porque ya ni siquiera es lo que queremos, es lo que podemos encontrar en un anaquel tan vacío como sus pensamientos sin bases argumentadas, nunca había escuchado algo tan balurdo como su discurso en cadena nacional, ¿qué tantas mentes puede ser capaz de lavar? Las mentes conformistas y nacidas bajo este régimen que no son capaces de razonar y ver los acontecimientos que desmoronan a Venezuela.

¿Derecha versus izquierda o izquierda versus derecha? ¿Ricos contra pobres? ¿Pobres contra ricos? ¡Aquí no hay ricos! ¡Ellos se fueron! ¡Ellos tuvieron sus oportunidades de poder emerger a otra nación diferente a ésta donde reina la desidia! ¡Ellos tuvieron que irse de Venezuela para conseguir mejor oportunidades de estudio! ¡De trabajo! ¡De vida! Porque aquí no se vive, se sobrevive y con mera suerte.

Que triste vivir en un país donde no se pueda salir de noche, donde el sonido de un motor llegando desde lo lejos hace que tengamos que subir los vidrios del automóvil, que triste sentir un corazón desbocarse porque vemos a dos "sospechosos" en la acera de enfrente, que con suerte pueden robarte y no secuestrarte para exprimirle el dinero a toda tu familia.

Estoy harta de vivir en la Venezuela de los dos partidos, te ven la pinta y porque estás arreglado, ya significa que tienes dinero, que puedes subsistir bien, que provienes de un sitio de lujos, que porque vives en el este, ya eres otra burguesa más, estoy sencillamente cansada del discurso de odio que ha sido inoculado en cada persona cuyas posibilidades son difíciles.

¿Por qué no nos convertimos en la Venezuela de siempre?

Comentarios

Entradas populares de este blog

Las democracias son el cáncer del mundo

Sola

Herida otra vez