¿Estamos en el fin del mundo?

Agosto siempre se ha caracterizado por ser un mes de temporada baja por la formación de ciclones y huracanes, eso justifica el hecho de que los costos turísticos sean más económicos en esa época. Sin embargo, tomando en cuenta que agosto fue un mes tranquilo, esto fue el detonante para que septiembre se convirtiera en el mes clave y simbólico para los eventos que se han estado suscitando desde hace menos de nueve días, eventos catastróficos que han coincidido juntos, ¿es una casualidad o es una causalidad?

Primero, hablemos de Irma, Katia, y José, suena como un buen trío de amigos que se va de fiesta, pero realmente uno de ellos es el huracán más mortal que se sale de la escala de Saffir-Simpson, hablamos de Irma, quien ya destruyó y dejó inhabitable la isla de Barbuda; José, quien tomará el relevo de Irma; y Katia, quien amenaza México.


Si nos basamos en las predicciones en el Atlántico, se formará un cuarto huracán al que llamaríamos "Lee" (el siguiente nombre disponible todavía no utilizado en la lista de nombres asignados a ciclones), cuya fecha tentativa sería para el 16 de septiembre (dentro de una semana).



A todo el cóctel anterior, sumémosle la llamarada solar más grande en los últimos doce años, el terremoto en México, y las luces observadas en el cielo (un proceso llamado triboluminisencia del que escribiré más adelante).

El problema de todo esto, no es el hecho per sé de lo que está sucediendo, es la causa en sí misma, el problema es que siempre hay gente que dice que todo siempre se debe a lo mismo, aquí estaría basándome en lo que dijo la NOAA (Administración Nacional Océanica y Atmosférica del imperio mismo), que afirma que todo esto se debe a ciclos naturales completamente normales, ¡venga ya! ¿Completamente normales? ¿Es completamente normal tres huracanes, un terremoto, e inundaciones?

Basémonos en lo científico, la formación de huracanes está relacionada a las corrientes oceánicas y con la temperatura del mar, ¿pero qué sucede cuando esto se combina con un terremoto de 8,4 grados? Y que sucede tan cerca como un huracán como Katia.



El epicentro del terremoto sucedió a menos de 500 km del huracán Katia -retomemos, los huracanes/ciclones se forman por corrientes oceánicas y temperatura del mar-, los mismos meteorólogos afirmaron que la coincidencia era casi imposible, de hecho, ya es raro que un huracán se forme en el golfo de México, lo habitual es que se formen en el Atlántico y terminen en Florida o en México, ¿pero adónde voy con todo esto?

Este mes se ha formado no uno, ni dos, ¡sino tres! Lo que es completamente normal, pero solo en el caso de que uno de esos tres huracanes no sea el Irma, es decir, sería normal si Irma no hubiese sobrepasado la categoría 5 en la escala de Saffir-Simpson, donde alcanzó vientos de 300 km/h y una altura de 12 kilómetros de nubes que arrasaron con la isla de Barbuda, esto lo convierte en el huracán más fuerte de toda la historia.


Hablemos del huracán Katia y de México. Las noticias reseñan que cuando el huracán estaba a punto de tocar tierras mexicanas, es decir, estaba a punto de entrar a México, se iluminó el cielo, muchos podrán estar pensando en señales biblícas y demás, pero realmente la iluminación se debe a un proceso llamado "triboluminiscencia", el cual se dio paralelamente con el terremoto de 8,4, el más fuerte en el último siglo.


Lo curioso de esto, es que hace siete años, exactamente en el mismo mes, y precisamente en las mismas zonas, también hubo tres huracanes.


En el año 1985, el terremoto más devastador en toda la historia de México con un grado de 8,1 en la escala de Ritcher, dejó un saldo de 10.000 personas fallecidas, ¿adivinan el mes?

Sí, septiembre.

¿Casualidad o causalidad?

Vámonos al presente.

Un día antes del terremoto este año 2017, saltó en México una falsa alarma de sismo, que, si quizá se hubiese acatado, si le hubiesen hecho caso, si les hubiese hecho ruido, probablemente no estarían hoy las más de treinta personas fallecidas.


Lo que nos lleva a preguntarnos: ¿qué está pasando?

1) Casualidades provocadas por fenómenos naturales y ciclos en la Tierra: antes, durante, e incluso después del terremoto, se vieron reflejadas unas extrañas luces en el cielo, la gente afirmó que eran rayos, otra gente afirmó que eran transformadores que estaban explotando, otros asociaron con profecías bíblicas, otros simplemente creyeron que era una tormenta, pero no es nada de esto, aquí entra el tema de la triboluminiscencia, que no son más que las luces de un terremoto (de hecho así se llaman), sucede cuando las placas tectónicas friccionan entre sí y sale emanado el rayo de luz provocado por la magnitud de la actividad de la fricción entre placas.



Todo esto está coincidiendo con la mayor llamarada solar en los últimos años, ¿casualidad o causalidad?



Opción 2: HAARP, y aquí me pongo más conspirativa. Las grandes naciones podrían estar utilizando aparatos submarinos de modificación del clima; o algún tipo de antena estilo Haarp, una instalación con muchísimas antenas que alteran la ionosfera, enviando ondas que afectan directamente al suelo, no lo estoy inventando, está demostrado, obviamente con propósitos intencionales que busquen causar estragos en zonas determinadas si se utilizan en una dirección concreta.

-Eso, o la bomba de hidrógeno que detonó Corea del Norte bajo tierra, porque están desquiciados del cerebro-.

Opción 3: la llamarada solar de estos últimos días (y la más fuerte de los últimos años), y aunque casi no apoye esta opción, puede desestabilizar la magnetosfera de la Tierra, lo que estaría causando estos estragos en cadena, porque justamente fue hace días.

O simplemente podría ponerme bíblica, y asociar estos acontecimientos con Lucas 21:26-27:

"Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas".

Incluso podría ponerme más conspirativa todavía, asociar que el eclipse fue el 21; el huracán Harvey fue el 26; y las inundaciones fueron el 27...

Pero la idea no es esa, me gusta hablar con base en las cosas que intento plasmar aquí.

Lo único cierto de todo esto es que la humanidad está dañando la Tierra, pero no hablo de mi como escritora, ni de ti como lector, no hablo del papel de chocolate que no botes en la papelera, ni hablo del humo que pueda echar tu vehículo. Hablo de la gente que tiene el poder para cambiar las cosas e incluso no lo hace, hablo de las grandes naciones, hablo de los poderosos, hablo de quien tiene la facultad para cambiar todo esto e implementar estrictos controles ambientales, hablo de la omisión que pueden tener las grandes potencias y acabar con estos experimentos y desarrollos nucleares, porque como ciudadanos erróneamente tenemos más conciencia política que conciencia planetaria, y eso también abarca a todos los poderosos del mundo.

No tenemos ningún planeta al cual nos podamos mudar.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Las democracias son el cáncer del mundo

Sola

Herida otra vez