De estereotipos

Existe muchísima gente que prefiere dejar de vivir su vida por estar ligadas a los convencionalismos sociales, conocidos en los bajos fondos como "estereotipos", ¿y qué son estos? Simples normas morales impuestas por la sociedad, normas por las que te riges cuando te vistes para salir a la calle y no ir desnudo, normas que regulan tu conducta. Los convencionalismos sociales rigen nuestro vivir diario, para bien, y para mal.

Cuando hablo de estereotipos 'para mal', hablo de aquellas reglas morales autoimpuestas por el miedo "al qué dirán", reglas que han sufrido su evolución a lo largo de todos estos años, lo que estaba mal visto en 1950, en 1966, en 1970, incluso en 1995, actualmente es aceptado, al menos por una mayoría representativa de gente que asume la realidad de estar en el siglo 21.

No con esto quiero decir que el libertinaje deba ser aceptado por la sociedad, y practicado por quien desee, veo ridículo que una mujer salga desnuda a la calle con una pintura de "Odio a Dios" mientras introduce un crucifijo en el centro de su esencia, el libertinaje es absurdo y roza en el retraso mental, pero cuando veo gente autodebatiéndose por los sentimientos que tenga -o deje de tener- hacia persona, solo por ese molesto "qué dirán", me da muchísima lástima, porque la vida es para vivirla, nada trajiste, nada te llevas.

Y sí, esta entrada se tratará de los estereotipos en el amor, estereotipos que impiden a la gente desinhibirse en su sentir subjetivo, dándole paso a esa objetividad molesta e innecesaria, porque, ¿qué sentido tiene el amor si no se vive como se quiere, sino se vive como lo quieren?

Una de las primeras críticas sociales en las relaciones afectivas es el amor interracial, ¿pero cómo se te ocurre salir con una negra? ¿Cómo saldrán tus hijos? ¿Qué va a decir tu papá?


¿Cómo se te ocurre salir con un negro? Tú, que eres toda delicada y blanca, además, es mucho más grande que tú, ¿cómo vas a caminar después?


Las críticas al amor interracial vienen de parte y parte, del ghetto, de la familia millonaria, o simplemente de opiniones de gente absurda que quiere que los suyos se relacionen con los suyos, sin más.

Hay gente que señala las relaciones entre personas asiáticas y occidentales, o árabes con ecuatorianos, o simplemente lo que sea, y, querido lector, no es problema de nadie.

Is your life!

La segunda crítica social está orientada a la comunidad LGBT -lesbiana, gay, bisexual, transgénero-, y, aunque en pleno siglo 21 la comunidad LGBT esté siendo aceptada en casi todas partes del planeta, existe un gremio muy fundamental que se empeña en menoscabar los derechos inherentes a estas personas, -la iglesia católica, y los partidos conservadores-.

¿Cómo siendo hombre vas a estar con otro hombre?
¿Cómo siendo mujer vas a estar con otra mujer?
¿Cómo siendo hombre vas a convertirte en mujer, para estar con otro hombre?
¿Cómo siendo mujer, vas a convertirte en hombre, para estar con otra mujer?
¿Cómo siendo mujer vas a estar con hombres y mujeres?
¿Cómo siendo hombre vas a estar con mujeres y hombres?
¡La mujer y el hombre fueron creados para procrear! 
Eso no estaba en el plan de Dios
¿Quién hace de hombre y quién hace de mujer en la relación?


El gremio LGBT ha logrado ser escuchado en muchas partes del mundo, y, aunque rechace completamente las actitudes libertinas de andar buscando aprobación del aborto mientras te metes un crucifijo en el orto, o te andes besando con más de tres mujeres al mismo tiempo en una marcha de apoyo al movimiento, o seas hombre, te conviertas en mujer, y crees que puedes rozar en la ridiculez de dártela de diva estúpida e intentar hacerte 'superior' a mujeres que SÍ SON MUJERES, la comunidad LGBT cuenta con gente 'seria' que actualmente es denigrada por su condición sexual, hecho lamentable, porque todo es genética.


Señor/a, ese orificio es de usted, y si a usted le gusta la gente de su mismo sexo, esa decisión es suya, ¡de más nadie! No importa si eres mujer y te gusta otra mujer, no importa si te gustó tu profesor de Historia mientras tenías 14 años, no importa absolutamente nada de eso, porque los sentimientos se encuentran en la región límbica del cerebro, y son involuntarios, ¡además! ¿Por qué sería 'antinatural'? ¿Tienen idea de la sobrepoblación que existiría en el planeta si todas las personas fueran heterosexuales y estuvieran cumpliendo el 'plan de Dios'? Me parece que, naturalmente, todo tiene un propósito, y éste es el equilibrio global, pero, desgraciadamente, si me pongo a hablar de todo lo que pienso acerca de la LGBT, de su trasfondo, de sus formas, de sus manifestaciones, me extendería una hora escribiendo, porque hay cosas que sinceramente no soporto de esta gente, y usted, mi lector, se aburriría.

La tercera crítica social, para mí, es la más molesta, la más desagradable, la más "quién carajo te pidió la opinión", y no es más ni menos que la diferencia de edad en una relación afectiva, ¡qué detestable! Creo que de sólo comenzar a escribir acerca de esta tercera categoría, comienza a darme cólera.

La diferencia de edad.

Vale, la diferencia de edad debe evaluarse desde muchísimos puntos de vista y nunca terminaría, es un tema que considero que hay profundizar demasiado para poder comprender sin rayar en absurdas opiniones banales que van en plan de "estás con alguien mayor que tú porque te faltó afecto materno/paterno", "estás con alguien menor que tú porque en esa persona se refleja lo que nunca pudiste ver de tus hijos",.

Creo que en esta categoría me voy a extender, y con ella cierro la entrada de hoy.

"Te lleva 30 años, ¡podría ser tu papá!"
"¡Solo tiene 24 años! ¡Tiene la misma edad que podrían tener tus hijos!"
"Podría ser tu hija"
"Mi sobrina tiene la misma edad que ella"
"Mi papá tiene la misma edad que él"
"¿Qué te podría ofrecer?"
"No va a durar"


Primero, antes de comenzar a escribir acerca de nada, una relación con una diferencia de edad considerable debe contar con la madurez suficiente para poder mantenerla, los dos pilares deben ser fuertes, sí, lea bien, considerable, no hablo de relaciones donde la diferencia de edad es de cinco años, estoy hablando de relaciones afectivas intergeneracionales, hablo de dos personas que nacieron en épocas completamente diferentes, regidas por educaciones diferentes.


Para mantener una relación de diferencia de edad, se requiere una preparación mental casi fundamental. El menor de la relación, tiene que entender que el mayor tiene una vida hecha, con hábitos imposibles de manipular, con diplomas, expedientes, rutinas precisas, trabajos, viajes, hijos, ¿nietos? y un montón de factores que vienen incluidos en el older-combo.


El mayor de la relación, tiene que entender que el menor apenas está aprendiendo a vivir, aunque igual esto es relativo, una persona de 50 podría estar con una de 20 que tenga más experiencias que alguien de 40, todo se moldea de acuerdo al entorno, así que la tarea del mayor se basa en comprender que el menor tiene más energía y mucho que dar, y es quien puede aportar el 'cambio de rutina' en la relación, ser el elemento fuerte, joven, con actividad y proactividad.


Entonces, si ambas partes, de mutuo acuerdo, consienten en tener una relación afectiva a pesar de lo que conlleva toda la diferencia de cultura, hábitos, y costumbres, ¿por qué la gente tiene que meterse y emitir veneno por la boca?

"Pienso que estás con alguien que te lleva muchos años por una carencia de afecto maternal en tu infancia".

"Pienso que estás con alguien que podría ser tu hijo porque te falta afecto del tipo que tus hijos nunca han sido atentos"


Y otra sartería de ridiculeces que nadie preguntó, porque pienso que la atracción inconsciente que luego se vuelve consciente no tiene nada que ver con la infancia, ni con la carencia de amor, ni con que te violaron cuando tenías 11 años, ¡no! Simplemente la persona te gustó, te gustó alguien, no te gustó alguien de 50 años, no te gustó alguien de 23, no, solo te gustó alguien, y ya, nuevamente el sistema límbico del cerebro entra en acción, genera dopamina, genera oxitocina, genera sensaciones placenteras asociadas al bienestar.


Llegué a la conclusión de que las relaciones afectivas interraciales, homosexuales, e intergeneracionales, son objeto de mucha controversia social en nuestro entorno académico, profesional, y familiar, sin embargo, yo tengo la concepción de que "nada trajiste, nada te llevas, solo lo que había dentro", y es por eso que dejar de vivir lo que quieres vivir, únicamente por el "qué dirán", es triste, es un absurdo, es completamente ridículo, porque es tu vida, es tu cuerpo, son tus cosas, y tus formas.

Así que si tú, mi querido lector, estás atravesando por alguna situación complicada por un entorno de mierda que solo te critica, ignora eso, ignora lo que digan, ignora lo que hagan, porque es tu vida, es tuya, es personalísima.






Actualización → Diferencia de edad.

He cambiado un poco mi punto de vista con respecto a las relaciones afectivas intergeneracionales. Creo que esta entrada que he escrito ha sido un poco de karma, y un poco de "toma, cállate la boca".

Escribía anteriormente que se necesitaba de la madurez suficiente para sobrellevar un vínculo de este tipo.

La madurez nunca va a ser suficiente.

Siempre va a haber carencias en cualquier ámbito, por un lado lo llevamos bien, y por otro lado nos falta algo más. Pienso que, más que madurez, lo que se requiere es sentimiento. Sin sentimiento, no llegamos a nada, puedes tener una preparación mental increíble, puedes ajustarte a la época, y sin embargo, siempre habrá disparidades en el vínculo, porque lo que para esa persona es suficiente, para ti va a ser insuficiente, siempre, por más que se intente, va a haber un pequeño desequilibrio en la balanza que mide la estabilidad de una relación con una persona de una época distinta a la tuya. Se necesita más querer, y menos madurez, pero si quieres, no te interesa el peso restante que pueda tener el balancín izquierdo.

El segundo punto del que quiero hablar, es de las manías. Las manías siempre van a ser imposibles de manipular, es algo de lo que hay que sentar cabeza. Me he dado cuenta, a pesar de que afirmé más arriba que 'el mayor' tiene manías, costumbres, vida hecha, rutinas, yo he intentado que modifique una que otra cosa, eso no se puede, aquí nuevamente sale la madurez, y entra el querer, no se trata de entender, se trata de querer, y cuando quieres, aceptas a la persona, eso incluye el comprender que nunca va a cambiar absolutamente nada, y aceptarla de la misma forma, porque si no tienes sentimiento, y tu interés es otro, eso no va a funcionar ni un siglo.

Tres: antes intentaba que la gente comprendiera un poco mejor una relación intergeneracional, intentaba que entendieran que no se trataba de una carencia de afecto familiar, pero en este punto, luego de que ha pasado varios meses desde que escribí aquello, ya no quiero siquiera que intenten entender nada, fue un error mío haberlo explicado y pretender que lo comprendieran. Subjetivamente, mi relación intergeneracional la reservo con mucho celo, es algo que no quiero que nadie intente comprender ni en un millón de años, porque es mía, y se escapa incluso a mi propia comprensión, como para que un tercero la quiera estudiar, ¡y me lo han preguntado! "¿qué haces tanto con X?" ¡Eso no es tu problema! Es lo único que contesto, así sea una piedra de amargura, porque nadie debe por qué comprenderlo.

Cuatro: anteriormente, le daba más prioridad a entender al mayor de la relación, pero también son urgentes las necesidades del más joven, es decir, si una persona tiene una manía, y esa manía va en contra de la tranquilidad de su interlocutor (como por ejemplo, no coger nunca el teléfono), puedes intentar cambiar un poco el comportamiento ¡pero solo por el mismo querer!

Es decir, debe haber una readaptación recíproca donde ambos ganen, porque en este tipo de vínculos no hay solo un privilegiado que acepte que el otro se moldee de acuerdo a sus formas.

Tienen que ser ambos.

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Las democracias son el cáncer del mundo

Sola

Herida otra vez