Un momento de ansiedad

Se me da muy bien escribir, y se me da mejor escribir cuando me quiero desahogar. 

Prometí escribir una carta a la ansiedad cuando sintiera que estoy sufriendo otra 'crisis', aunque como me siento ahorita es más bien una mini crisis. Por desgracia, en mi familia hay un fuerte componente genético que nos hace a todos propensos a sufrir de ansiedad o de cualquier otro trastorno psiquiátrico.

Cuando comienzo a sufrir ansiedad, mis manos y pies se ponen helados, comienzo a sudar frío en la nuca, mis manos tiemblan si no las apoyo en ningún lado, siento despersonalización (como si estuviera fuera de mi cuerpo), pero el peor síntoma es el síntoma mental, lo que yo consideraría como la sensación al terror de volverse loco, como si pudiera simplemente perder el control de mis pensamientos, de mis sentimientos, de mi cuerpo, y ponerme a asesinar gente, o irme corriendo desnuda por la calle, o ponerme a gritar obscenidades por la ventana, cosas que no son propias de mí, a esto se le conoce como pensamientos intrusivos característicos de las fobias de impulsión por ansiedad, y suceden por distorsiones cognitivas.

Lo peor de la ansiedad es estar psicoeducado acerca de ella, y sin embargo no poder controlarte una mini crisis cuando te da, porque estás hiperventilando, porque sientes que en cualquier momento puedes comenzar a volverte loco, y esto nunca va a suceder. Siento que esto se da porque principalmente hemos sufrido de episodios de ansiedad bajo ciertos ambientes que cuando los sentimos o revivimos, con ellos revive ese temor a volver a padecer de lo mismo.

El 24 de junio de este año sufrí, creo yo, el peor ataque de ansiedad de mi vida, fue a medianoche y me duró como hasta las 3 de la mañana que me obligué a controlarme. Estaba en mi cama llorando sin ningún tipo de motivo alguno, con un terror inconmensurable de hacerle daño a mis seres queridos porque sentía que podía volverme loca, con una 'angustia' en el pecho, y lo peor era que simplemente no tenía ninguna razón para sentir eso, así que lo atribuí a un desequilibrio bioquímico en mi querido neurotransmisor Serotonina.

Retomé la Paroxetina de 20 mg que en otro momento de mi vida tomé, y actualmente me siento mejor, pero a veces cuando llega la noche me da mucho miedo que vuelva a revivir lo mismo (condicionada), porque estoy como que bajo la misma luz, en el mismo cuarto, con las mismas cortinas, bajo las que viví el primer episodio fuerte de ansiedad, y quisiera no sentir este temor que me embarga cada vez que llega las 7 de la noche, que es cuando ya ha oscurecido en mi país, porque siento que estando bajo las mismas tonalidades ambientales, el mismo juego de luces, la misma temperatura, me puede dar un ataque de ansiedad, y eso es una generalización producto de una distorsión cognitiva de la que se alimenta nuestro subconsciente, y yo intento metérmelo en la cabeza, pero es que me cuesta un montón.

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22 de diciembre de 2019.

La ingesta de Paroxetina de 20 mg duré tomándola 5 meses, me sentía de maravilla desde junio de 2019 hasta finales de noviembre de 2019, sentía que ya volvía a ser yo, le dije adiós a la ansiedad, a los miedos, y me estabilicé. Sin embargo, debido a que en mi país este fármaco no se encuentra, tuve que verme en la obligación de auto quitarme esta pastilla. ¿Está mal? Lo sé, pero en cualquier momento me iba a tocar. Tengo aún una caja y media guardada por si acaso me da la próxima crisis (que horrible tener que vivir por adelantado y suponer que me va a dar una crisis).

La dosis la reduje gradualmente, de 20 mg a 10 mg y de 10 mg a 5 mg, sin embargo no sé por qué siento que acorde tomaba menos, me sentía cada vez peor, así que pensé que era mejor no tomar nada porque andaba botando pastilla.

¿Qué siento? Que retrocedí. No sé si siento esto por qué estoy en la etapa del síndrome de discontinuación de antidepresivos que dura unas semanas, solo tengo mucho miedo de ser dependiente de esta pastilla. Siento despersonalización (como si todo fuera un sueño y nada fuera real), siento ganas de salir corriendo, cada vez que salgo solo quiero huir a mi cuarto y refugiarme en mi cama donde siento que estaré bien; siento mareos, un mareo extraño de una sensación combinada entre la vista y la cabeza; siento ansiedad, miedo al miedo concretamente; siento náuseas, y una debilidad que me acompaña cada vez que me levanto, porque simplemente siento que no me dan las fuerzas. También lloro con mucha facilidad, pero creo que esto es porque se me combinó con el síndrome premenstrual (sí, imagínense ustedes tener síndrome de discontinuación de antidepresivos + síndrome premenstrual = no sé cómo no me he matado).

Voy a estar actualizando este post acorde vaya avanzando o retrocediendo. Solo espero que esto sea transitorio y que no necesite que me cambien de tratamiento. No quiero que mi salud mental dependa de una pastilla.

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3 de enero de 2020

Sentía una pequeña mejoría al pasar de los días, después de haber dejado la Paroxetina. Me apoyaba muchísimo en los testimonios de otras personas que pasaban por lo mismo, me apoyaba, y me apoyo, en los vídeos de Desansiedad y otros canales de psicólogos que dan las herramientas adecuadas para sobrellevar la ansiedad. Lo primero es respirar, tratando de activar nuestro sistema parasimpático

Sin embargo, como dije que escribiría una actualización cuando tuviera una mejoría, un retroceso, o una crisis, pues, acá estoy.

Me dio una crisis en la noche del 3 de enero del 2020 (estamos hoy a 4, mientras escribo esto). Estaba jugando videojuegos, cuando de repente me atacó el hambre, sentí la necesidad imperiosa de comerme una pasta con atún, así que fui a la cocina a la medianoche, y monté la olla mientras se calentaba la pasta. Mientras observaba con detenimiento la quietud de la noche, el frío helado, mis mascotas caminando por ahí, de repente recordé un sueño que tuve donde estaba en mi casa bajo ese mismo escenario de oscuridad y quietud, allí entró Hortencia, (así bauticé a mi amiga la ansiedad de los "¿y si...?"), así que Hortencia comenzó a perturbarme la existencia, haciéndome pensar cosas tipo "¿y si esto no es real, y es un sueño, y ya te acostaste, y no lo recuerdas?" Ese cuestionamiento me elevó la ansiedad a tal punto que realmente yo estaba cuestionándome si estaba en la realidad, a pesar de que yo estaba completamente consciente de que sí lo estaba. Intenté olvidar el asunto, pero no pude, la ansiedad estaba alcanzando un pico que a mí me hacía segregar adrenalina "a chorros", tenía el corazón en la boca, las manos completamente heladas, me mareé, estaba temblando de frío y de miedo, pero de todos modos me serví la pasta, a ver si comiendo algo podía volver en mí.

Tengo que hacer la acotación de que cuando tenemos una crisis de ansiedad rozando el pánico, nuestros filtros mentales no sirven para un carajo, y no importa cuántas veces intentes racionalizarlo, nuestro cuerpo está tratando de liberar tensión

La pasta la serví en un envase que había agarrado y que estaba roto (no me había dado cuenta), así que cuando colé la pasta y la serví en el envase (echándole el atún arriba), salí corriendo a mi cuarto para ver si me sentía mejor y lograba 'volver en mí misma', pero eso solo fue peor, porque como el envase estaba roto, el agua hirviendo que quedaba de la pasta se salió por debajo y me quemó el pecho. Pensé que no podía estar peor.

Intentaba respirar, activar mi sistema parasimpático, volver en mí, pero la urgencia me apremiaba y solo me desesperaba de lo lento que estaba haciéndose, así que decidí recurrir a mi 'kit de emergencia' y me metí debajo de la lengua 0.5 mg de Alprazolam. Parecía que me hacía efecto cuando me dormí mientras una amiga me hablaba, pero desperté a los 40 minutos con un pico de ansiedad aún más alto que el anterior, y ahora era peor porque mi amiga ya se había ido a dormir, así que decidí recurrir a la segunda mitad. Mi perro lamía mi mano, y mi gato me miraba, ellos saben y me conocen. Con esta segunda ingesta de pastilla logré tranquilizarme, y me desperté a las 11 del mediodía del día de hoy.

Ahora, sé que fue un ataque de ansiedad, y solo me repito a mí misma que los locos no se cuestionan que están locos, porque ellos están muy seguros de su locura, a diferencia de nosotros los ansiosos, que nos atormentan los pensamientos de ¿y si...? propio de nuestras distorsiones cognitivas producto de una ansiedad que nos acaece.

El 13 de enero voy a consulta, solo espero que las herramientas, testimonios, y el cariño de la gente, sigan ayudándome en este nuevo proceso de superación de la ansiedad.

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22 de julio de 2020

Hi guys, aquí estoy luego de meses desaparecida, supongo que este rollo de la pandemia nos jodió a todos.

El 13 de enero fui a consulta con el psiquiatra, y EVIDENTEMENTE, me diagnosticó Trastorno de Ansiedad Generalizada. Hicimos un poco de terapia y un ejercicio, me dijo:

"Imagina que hay un felino hambriento detrás de la puerta del consultorio, ¿qué ves?"

Y le dije "pues, que un tigre me quiere comer"

Se me quedó viendo con una media sonrisa y el brillito en los ojos que lo caracteriza. Respondió: "¿un tigre? ¿No es más lógico pensar que hay un gato detrás de la puerta con hambre? No es muy lógico que haya tigres en un consultorio de San Bernardino, ¿verdad?"

Arturo hizo 'tilín' en mí con ese razonamiento, y lo notó. Supo, de inmediato, que había logrado su objetivo.

"Entonces piensas lo peor siempre, y por eso piensas que te vas a volver loca, puedes matar a alguien, o puedes correr desnuda por ahí" - me dijo mientras se le notaba en la cara que estaba ganando esta batalla.

Le contesté con franqueza que sí, que sentía que podía volverme loca en un ataque de pánico.

Aquí vino la explicación de cómo sus palabras me devolvían a la normalidad:

Cuando tenemos una crisis de ansiedad, producto de un desequilibrio o insuficiencia del neurotransmisor de la Serotonina, nos volvemos incapaces de racionalizar pensamientos automáticos que surjan en nuestra mente. Mi psiquiatra me explicó que al día, el 90% de nuestros pensamientos son automáticos, tipo si te vas a la cocina y te pones a cocinar, te aburres de pensar en eso y tu mente divaga más allá, y terminas pensando incluso hasta en por qué la esponja ya no te gusta.

Mis detonantes solían ser la cocina, porque cuando veía cuchillos me daba pánico porque sentía que en cualquier momento mi amiga Hortencia se apoderaría de mí, y me enajenaría de mi propio cuerpo haciéndome cometer locuras. Estos se llaman pensamientos egodistónicos, donde creemos que podemos hacer algo completamente contrario a lo que en esencia somos, surgen, porque al haber un desequilibrio en el mecanismo que filtra la respuesta emocional de los pensamientos que tenemos, entonces nos comenzamos a cuestionar si realmente seríamos capaces de cometer esas cosas.

Me recetó Sertralina de 50 mg, un ISRS de vida larga. Me dijo, por supuesto, que la Paroxetina al ser un ISRS de vida corta, iba a darme los peores episodios de discontinuación que algún otro fármaco, por eso la pasé tan fatal cuando la dejé. También me recetó Alprazolam de 1 mg.

Actualmente, la Sertralina me ha devuelto la vida, la normalidad, ya dejé de tener pánico a los cuchillos, y mis filtros mentales se han regularizado.

Conclusión: si tienes un problema a nivel psiquiátrico, NO estigmatices la medicación. Es como que si fueras diabético y no te tomas la Metformina porque con fuerza de voluntad lo superas. Todavía hay muchos estigmas en la salud mental, y lamentablemente las pastillas cuando son necesarias, lo son. ¿No es peor vivir mal eternamente por rechazo a la medicación, que vivir bien porque ésta te devolvió a la normalidad?