Un día en el supermercado.

La travesía de ir al supermercado comienza una vez que observas el clóset y sabes que tienes que ponerte cómodo y fresco. Si eres como yo y haces mercado en una zona que no es la tuya y te vas a los rinconces high de Caracas, entonces tienes que ponerte cómodo y también decente, no, esto no es una broma, en serio las señoras se te quedan mirando si estás todo vuelto mierda, sin embargo, lo chévere de hacer mercado en Cuarimare/El Cafetal, es que la gente prefiere perder cualquier producto, antes de lucir como un salvaje acaparador de leche o aceite, y, de una manera muy delicada y con un fino gesto de superioridad, cogen dos o tres litros de aceite de la forma más indiferente posible, como si la escasez no existiese.

La aventura comienza una vez que entras a ese local y vas mirando las bolsas de todo aquel que va saliendo, más o menos para darte una idea de la mercancía que está en venta y "puyarle la chola" para que no te quedes con las manos vacías, incluso lo primero que haces cuando ves ese litro de aceite o ese kilo de café es preguntarle a la señora que luce más o menos amable: "disculpe, ¿en dónde agarró el aceite?" y te señala "allá" con el dedo, pero coño, ¿allá dónde? Las señalizaciones que hacen las señoras no son demasiado específicas, no se sabe si es norte, si es sur, este u oeste, solo dice "allá" y señala al infinito y más allá. Dices "gracias" y vuelves a preguntarle con la misma cara de pendejo que no sabe a uno de los que coloca las verduras en su sitio y te dice "pasillo 4", llegas al pasillo 4 y de repente te acuerdas que estás en el Cafetal haciendo mercado y queda tanto aceite y tanto café que bajas la guardia y te adaptas al ambiente de la misma gente indiferente, despacito, luciendo tranquilo.

Una vez hice mercado por aquí por mi zona, en el Central Madereinse de la California Norte, creo que no me quedaron más ganas cuando vi aquellas dos mujeres batirse a duelo porque las dos agarraron al mismo tiempo los últimos dos kilos de leche que quedaban, se formó una súper trifulca, y, desde entonces, prefiero irme a aquellos sitios donde habitan vampiros indiferentes porque en esas zonas siempre he conseguido todo, afortunadamente (menos shampoo, ese lo estoy cazando, qué humillación).

(Creo que después de todo, los shampoos que uno tiene de adorno de los hoteles que uno ha visitado, servirán para algo).

Una vez que tienes tus cosas (o al menos las más importantes) puedes irte relajando e irte al pasillo de carne que en realidad no tiene carne, pero tiene pollo *it's something*, vas al pasillo de pastas, yo particularmente me frustro demasiado porque no como cualquier marca de pasta, he probado casi todas las marcas de pasta que están actualmente en el mercado y me parecen asquerosas, hay una pasta, es la que particularmente consumo y que amo, cuyo empaque es de envoltura negra y letras doradas, la que es tipo tornillo porque las otras las aborrezco, cada vez que no la consigo, armo un pequeño berrinche porque yo no quiero otra pasta, quiero mi pasta, ¿qué tan difícil puede ser conseguir un paquete de pasta con envoltura negra y que sea de tornillos?

Al otro lado del pasillo de las pastas, está el pasillo de las galletas y los cereales (mi pasillo favorito de cualquier súpermercado desde que soy pequeña), creo que ahí comienza mi depresión ¡antes tenía tanto para escoger! Solía comprarme muchísimas barritas de Kellogg's de fresa, chocolate, chocolate con fresa, barritas de Froot Loops, Nutri Grain, All Bran de chocolate, linaza, natural (la de fibra que yo amaba), pasas, pero AMABA (o amo) las Nature Valley, omg, ¿por qué tenían que desaparecer? Podría incluso dar una clase de todos los ingredientes de esas barritas, yo amo esas barritas, lo primero que me trae cualquier persona que viaja al exterior, es una caja de barritas nutritivas porque tenía tanta adicción a ellas, que mi abstinencia se ha visto exteriorizada en mi depresión cada vez que llego a ese pasillo específico.

¡Ni hablar de la ausencia de galletas! Tengo años sin ver un paquete de Chips Ahoy o de Oreo Americana, incluso mis queridas Frac, gracias a Dios sigue habiendo Chocochitas y tengo con que gordear (si esas galletas llegan a desaparecer, me desaparezco con ellas).

Ya no hay Pringles ): eso también me deprime, me siento un poco gorda escribiendo esto ¡jajaja!

Mi pasillo favorito me lleva a otro pasillo en donde usualmente hay azúcar, aunque a mí me es indiferente porque en casa no consumimos azúcar, rara vez se abre un paquete que puede durar hasta un año, en el mismo pasillo hay atún de distintas marcas. Hay una marca de atún de la que yo siempre me burlo, es atún y la marca se llama "Atún" (muy original), pero es tan asqueroso, es atún molido, es como si comieras diablito pero con sabor a atún, es la vaina más horrible que pudiese existir nunca, o sea, solo tienes que agarrar tu rodaja de pan Bimbo, un cuchillo para untar ¡y echas el atún! 

Creo que ahora que he mencionado lo del pan Bimbo, también me ha entrado otra mini depresión al saber la cantidad de marcas de panes rebanados que han desaparecido. Solía comer un pan que era pan de zanahoria, el empaque era color naranja, obviamente no sabía a zanahoria, era tenía un toque dulzón que combinado con queso blanco de Búfala, era realmente la hostia.

La parte que más detesto de hacer mercado, es la parte que consiste en escoger las frutas, las verduras -y lo qué más odio- las matas, o sea, ¿ustedes saben lo que implica tener que subir con ese poco de matas gigantes como lo es el ajoporro hasta el ascensor? Más o menos para que tengan una idea, este es el ajoporro que siempre -por ley- se va a salir de la bolsa.


¡Esa mata tiene una maldición encima! (al menos conmigo).

Yo consumo bastante limón porque me agrada preparar limón con agua, así sin nada, sin azúcar, solo el limón (que es bastante ácido) y el agua helada con hielo, es una bebida un poco extraña considerando que el grado de acidez es horrible para algunas personas, pero yo particularmente lo amo, incluso puedo exprimir 5 limones en un solo vaso y echarle agua helada, puedo apostar a que ningún paladar no experimentado, toleraría tal cosa, pero a mí realmente me gusta y el limón tiene propiedades desintoxicantes :-)

El momento de agarrar limón es un poco tedioso, yo solía apretar un poco la mano con aquellos dispositivos cuyo nombre no recuerdo, en donde básicamente aprietas y el puño se va cerrando, tipo los que dan en los gimnasios, entonces no sé si el limón está realmente blando (como debería de estar) o es que yo soy demasiado salvaje y ya tengo la mano acostumbrada.


En el súpermercado donde hago mercado, no hay cajas rápidas, con esto me refiero a que no hay cajas que si de 10 artículos máximo y así, todas las cajas tienen artículos ilimitados, así que al momento de hacer la cola, da igual donde la hagas, ¡eso sí! No te vayas pa' la cola de la caja específica de la tercera edad porque les juro que le van a meter el cartel por los ojos en donde dice "3era edad", siempre hay una vieja malhumorada entre todas las demás.

Te colocas en cualquier caja, yo particularmente me coloco en las cajas que están en los extremos de ambas esquinas, bien sea en la primera caja o en la última, detesto estar en cajas que estén en todo el medio, no soportaría tal estrés de andarme quitando porque quedas más atravesado que la señora que se pone a limpiar a las 12 del mediodía.

Me coloco en la última caja y pasa el karma que siempre va a sucederme: el tipo de adelante va a pagar con cestatickets, o tiene un mercado pa' 4 familias, o la tarjeta no le pasa, o el código del producto está ilegible y tiene que volver a buscar otro, en fin, yo nunca puedo tener a alguien normal adelante, es como el karma de los cajeros, siempre me va a tocar al retrasado que tiene que leer la pantalla por media hora para saber que tiene que colocar los dos primeros dígitos de su cédula y no los dos últimos.

Estás como 15 minutos parado en la misma caja y nada que avanza, decides salir de tu zona de confort y te vas a la caja contigua aunque sepas que la vas a pasar mal porque vas a estar atravesado, ¿y qué pasa cuando haces esto? ¡La caja en donde estabas avanza y la nueva caja en donde estás, se paraliza! ¡Esto
es una ley! ¡Esto debería ser decretado como una ley! ¡Es un hecho! Es idéntico a cuando estás en un carro, tienes a un huevón adelante que no le da, te cambias de canal porque fluye, ahora estás en el canal que no fluye y en donde estabas se mueve.


Finalmente consigues pagar después de que las 3 personas que tenías detrás cuando estabas en la caja anterior ya han salido, llega el momento en donde le dices al empacador: "mi amor, ponle doble bolsa y por favor no le hagas nudos", esto es como si fuera con el culo de él porque te dice "ok" y sigue haciendo sus nudos, o sea, ¿qué parte de que tengo que cargar todo ese bolserío por escaleras hasta donde está el ascensor, no ha entendido este tipo?

"¡Epa! ¡Pero no le hagas nudos!" 
"¿No le hago nudos?"
"No, no le hagas".

Y no, no le hace nudos a las dos bolsas que quedan por meter a su carrito, te resignas, sales del supermercado, entregas la factura y el tipo que la sella, se le queda viendo a toda la factura como si realmente estuviese leyendo lo que dice ¿qué diablos? Séllame mi vaina y déjame ir, pero no, se le queda viendo como por media hora y a ti casi que te alcanza secarte el cabello en ese proceso de inspiración del supuesto lector.

Llega el momento esperado, meter las cosas al carro, creo que yo tengo más experiencia en guardar más rápido las bolsas que el propio chico que se encarga de meterlas al maletero, mientras él mete dos, yo ya he metido 5 porque siempre quiero terminar eso rápido, es como una especie de costumbre.

Le doy su propina, y el día culmina con la frase de una señora que se acerca y me dice:

"¿Todavía queda aceite?"

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