Relaciones.

Todas las relaciones son diferentes, depende del tipo de persona, de la circunstancia, de la personalidad, de la distancia, de las ocupaciones y de los sentimientos.

Toda relación tiene una etapa rosa que siempre es proporcional a la etapa gris, en esa etapa rosa ambos cónyuges ven perfecto al otro, cada defecto es convertido en una cualidad interesante que al final de la relación terminamos odiando. Siempre es lo mismo, siempre cometes el error de volver a hacer las mismas cosas de manera diferentes para obtener resultados positivos que acaban siendo iguales de perniciosos.

A veces no te enamoras de la persona, te enamoras del trato que ésta te brinda, te enamoras de que alguien te quiera, de que te haga sentir especial, de que sea atento contigo ¿y las cualidades? Siento que nunca nadie se ha enamorado de mí por mis cualidades, más bien por el trato que suelo brindar, el cuál siempre ha sido especial a mis parejas porque el tipo de amor que yo brindo es clásico, entregado, fiel, pasional, detallista, ese tipo de amor donde no tengo que ventilar a los cuatros vientos lo perfecta que es mi relación, ese tipo de amor que... Te lleva algo cuando tienes hambre, que da los "buenos días" solo porque me nace hacerlo y no porque sea una obligación ¿pero eso es valorado? No, puedo opinar con una gran objetividad en el asunto que en tiempos contemporáneos es más importante alguien que te inspire placer a quién te ama de verdad.

Es curioso como las promesas de la etapa rosa se vuelven en decepciones de la etapa gris, pues toda relación tiene sus etapas:

1) Todo en la relación es perfecto, ves a esa persona perfecta, sus defectos son perfectos.

2) La relación continúa marchando bien, te llevas bien con la persona, te emociona, comienzas a explorar, a conocer, a desearle más.

3) La relación está en su punto máximo de florecimiento, la anatomía es explorada y los sentimientos van incrementándose, quieres que tu pareja te dé más, le exiges más.

4) La relación decae un poco, cuánto más vas queriendo a la persona, más esperas cosas de ella, y si no te da lo que quieres, te vas decepcionando aunque intentes ignorarlo.

5) Las peleas comienzan por la más mínima estupidez, frases como "si yo haría esto por ella ¿por qué ella no puede hacerlo por mí?" Comenzamos a ser más egoístas.

6) Sale el típico "no tengo tiempo de verte", le respondes "¿y ni un mensaje...? Te responde "tuve muchas ocupaciones durante el día" (Estaba en línea en WhatsApp desde hace horas y tuiteaba).

7) Le pides más y más, quieres volver a la primera etapa donde todo era color de rosa, ya no muestra el mismo interés.

8) La relación va volviéndose tóxica, la comunicación es insoportable y a veces te sientes mejor si no sabes nada de su persona.

9) Terminan y vuelven mil veces.

10) No puedes acostumbrarte a que te diga ocasionalmente que te extraña porque después te tratará como el trapo cuando se le pase su "ataque de Oxitocina".

11) Comienzas a darte cuenta de cosas extrañas, lees cosas que sabes que no son para ti, sospechas demasiado.

12) Te lo confirma, te sientes destrozado; le odias, le amas, no le soportas, pero no puedes irte de su lado.

13) Te arrastras, comienzas a hacer mil cosas para volver a recuperar, te humillas, dejas que te insulte e igual sigues ahí, como el perrito faldero.

14) Vas cansándote hasta llegar al punto del que ya no te importa nada, te cansaste de sus humillaciones y de que te busque solo cuando le haces media falta, comienzas a valorarte, a quererte a ti misma y a pensar "¿por qué estoy sufriendo yo por esto? ¡ni que me lo mereciera!" 

Me encuentro en esta última etapa actualmente, siento que nadie se ha enamorado realmente de mí al punto de hacer cosas que yo si haría por esa persona, siento que nadie me ha querido realmente por mi forma de ser, aceptando TODO lo mío sin que esto le canse; quizás... La persona que sea compatible conmigo no ha nacido todavía...

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