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Carta a mi niña interior

Hola, mi Andreita… ... Hoy no vengo a escribir desde el análisis. Ni desde la rabia. Ni siquiera desde el resentimiento. Hoy vengo desde el amor más profundo que he logrado encontrarme. Y es para ti. Para ti, que escribías en diarios lo que nadie quería oír. Para ti, que te encerrabas en el baño porque no había ningún otro espacio seguro. Para ti, que aprendiste a leer sola, a hacer las tareas sola, a crecer sola. Para ti, que no rompiste la pintura de las sillas, pero igual te golpearon. Para ti, que veías a tu hermana drogarse y no entendías cómo eso podía ser parte de tu casa. Para ti, que te negaron paseos, salidas, infancia. Y que te hicieron creer que la libertad era peligrosa, pero el castigo injusto era normal. Mi amor… cómo duele mirar todo eso. Cómo arde ver a esa niña tan buena, tan sensible, tan brillante… ser tratada como un problema. Eras una joya escondida. Un corazón noble rodeado de gritos, silencios y abandono. Tu madre… herida. Rota. En lugar de sanarse, te usó como ...

Llamas gemelas

Quisiera poder conversar con alguien del tema de las llamas gemelas que es de todo menos romántico. Existe el concepto de "alma gemela" (demasiado cliché, next); y está el concepto de "llama gemela", y muy pocas personas en este mundo hemos tenido la suerte de experimentar una conexión de ese nivel. Tu llama gemela es tu otro yo. Es literalmente tu otro yo en otro cuerpo. Pero este tipo de conexiones son sumamente desafiantes. Una llama gemela se divide en divina femenina y divino masculino. Normalmente estas singularidades del alma se dividen en 2. Tu otro yo puede encarnar el divino masculino y tú encarnar la divina femenina (no son géneros sexuales) Y aunque sean iguales, son los vínculos mas desafiantes que te toparás en vida. Tu otro yo viene a enseñarte algo, y la conexión que sientes desde que lo conoces es abrumadora porque es como una explosión de sentimientos que no sabes de dónde vienen Cuando conoces a tu llama gemela y ves sus ojos por primera vez, es a...

El holocausto de 2024

Yo que soy escritora me vi obligada a censurar mis propias redes sociales. Esto lo escribo tranquila porque entre todos mis conocimientos de SEO, sé cómo hacer para que Google no indexe mi sitio web en su motor de búsqueda, así que básicamente soy indetectable a menos que estés buscando expresamente mi Blog porque ya sepas cuál es. Siendo adolescente sentí una fascinación extrema por la historia de la Segunda Guerra Mundial. Específicamente el nazismo. Me desvelaba viendo vídeos de la Gestapo, del Tercer Reich, de las SS, y de cómo iban persiguiendo a cada judío. Era una caza de brujas sorprendente. Terminé de fascinarme aún más cuando leí "La Sombra" de John Katzenbach, y narraba una historia ficticia, pero basada en la post guerra de la Alemania Nazi entre 5 ancianos que sobrevivieron a "la sombra" (reconocido cazador delator y amante del asesinato). Por estar tan empapada de este tema, es quizá ahora cuando siento terror mientras escribo esto, porque siento que m...

10 de mayo 2024

10 de mayo 2024. Me gusta escribir porque no sé si un día olvidaré cómo hacerlo.  Ya de por sí a mis 29 años tengo más comorbilidades que un anciano viviendo en un hospital, pero supongo que todos tenemos a una misión en esta partida complicada mal llamada "la vida". Y la vida me ha puesto muchas pruebas a mis 29 años. Este escrito es para mí yo del futuro. Nuestros yo del futuro.  Conocí a una chica extraordinaria llamada Dulce, ella es de México, y siento que puedo conversar de absolutamente cualquier cosa con ella. Es una gran persona, y en este lazo de fraternidad he aprendido cosas.  Cosas como por ejemplo el amor que debo tenerme hacia mí misma; y todo tipo de conceptualizaciones que engloban los traumas de la infancia, y las heridas de papá y de mamá. La verdad Dulce ha sido como un guía que aterrizó en mi vida en el momento más necesario. Los tiempos del universo son sabios. En una de nuestras tantas conversaciones, hablamos de la mutabilidad de los signos, es dec...

Un nuevo año

Un nuevo año se aproxima. Considero que mis 28 años fueron el "final boss" a la trayectoria que he tenido durante toda mi vida. Final boss en el sentido en el que me he tenido que enfrentar a una cantidad de retos inimaginables, los cuales han sido complicados. Aunque dicen que el tiempo cura las heridas, mis heridas aún no terminan de cicatrizar. Ciertamente, quizá ya se están formando esos típicos hilos compuestos de ADN que comienzan a coser mi piel, pero la costra todavía no está lista. No aún. No tengo necesidad de que nadie me perdone por todo lo que yo hice este año y estuvo mal, ya que primero debo perdonarme a mí misma, y es un proceso que estoy atravesando, aunque me esté costando un poco. Al final, logré internalizar mi responsabilidad en muchos sucesos que atravesé este 2023, y eso es más que suficiente para determinar qué clase de persona no quiero ser en un nuevo año par. Detesto tener que hacer protagonista a quien me ha sacado más lágrimas que sonrisas, pero, ...

Diario de un despecho

Siempre me he caracterizado por nunca poder alcanzar los puntos medios. Mi anterior pareja siempre me decía que yo era de extremos: blanco o negro; azul o rojo. Nunca, pero nunca, podía estar en el medio. Ese supuesto de hecho ha reafirmado la situación en la que me encuentro esta semana:  O no como absolutamente nada; o paso todo el día comiendo. Últimamente me decanté por la primera opción porque no quiero subir de peso.  Así que simplemente así voy llevando los días. Me alimento a base de agua, pero si la ansiedad está insistente entonces las Pringles son mi compañía. Desarrollé una suerte de adicción a las Pringles originales (son las mejores). Lo que me preocupa de todo esto es el estado de silencio en el que me hallo, porque yo para salir de traumas es como subir una montaña con muletas. Es mega complicado. Me preocupa que mi estado anímico se vuelva permanente, porque lo que menos quiero es que la autenticidad de mi mejor versión se desvanezca por tragos amargos que sim...

Herida otra vez

Volvió a suceder, y creo que esta vez fue peor que la experiencia anterior. Por una parte estoy agradecida porque aprendí muchas cosas en este vínculo; pero por otra parte siento fragmentos de mi esencia reventarse en puras astillas. Tengo la necesidad de estar en silencio. No hablar. No relacionarme.  Estos meses la he estado pasando mal porque he sentido la ansiedad de hallarme en soledad, pero luego cuando pienso en la posibilidad de compartir con gente, se activa un mecanismo en mí que antes no había despertado nunca ante ese escenario: El miedo. El miedo a que me vuelvan a romper; el miedo a que dé mi versión más auténtica y pura a personas que sin duda no saben valorar lo que tienen. Yo particularmente me considero una persona diamante, pero solamente me topo con puras personas carbones... Algún karma estaré pagando con todo esto. Y sí, me volvieron a romper. No sé si al final me lo busqué yo, porque realmente lo que hice fue ese intento desubicado de conquista ante una perso...