Diario de un despecho
Siempre me he caracterizado por nunca poder alcanzar los puntos medios. Mi anterior pareja siempre me decía que yo era de extremos: blanco o negro; azul o rojo. Nunca, pero nunca, podía estar en el medio. Ese supuesto de hecho ha reafirmado la situación en la que me encuentro esta semana: O no como absolutamente nada; o paso todo el día comiendo. Últimamente me decanté por la primera opción porque no quiero subir de peso. Así que simplemente así voy llevando los días. Me alimento a base de agua, pero si la ansiedad está insistente entonces las Pringles son mi compañía. Desarrollé una suerte de adicción a las Pringles originales (son las mejores). Lo que me preocupa de todo esto es el estado de silencio en el que me hallo, porque yo para salir de traumas es como subir una montaña con muletas. Es mega complicado. Me preocupa que mi estado anímico se vuelva permanente, porque lo que menos quiero es que la autenticidad de mi mejor versión se desvanezca por tragos amargos que sim...